Perros paseando por Japon- Foto cedida por Susa |
La industria de servicios para perros es una de las más prometedoras de Japón, gracias a la demanda de ropa y complementos, alimentos de todo tipo, hoteles, cafeterías, pastelerías, peluquerías, medicamentos y centros de salud y ocio para mascotas.
No es difícil cruzarse por la calle en Tokio con un perro con gafas de sol, equipado con una chaqueta o recién salido de la peluquería.
El amor de los japoneses a los perros no es nuevo, pero sí la locura por los canes que se ha desatado en los últimos años en los principales núcleos urbanos del país.
Hasta tal punto ha llegado la fiebre que estas mascotas han dejado de ser meros animales de compañía para convertirse en miembros de la familia y ocupar en muchos hogares el lugar del hijo que no tienen, según un informe de la Organización Japonesa de Comercio Exterior (JETRO, en inglés).
En gran parte de los casos, el perro cumple el rol del hijo único y recibe todas las atenciones de sus "padres": atenciones que se cuentan en millones de yenes.
Se calcula que en 2010 el gasto de los nipones en caprichos y cuidados para sus animales domésticos, especialmente perros, superará los dos billones de yenes (aproximadamente 16.500 millones de dólares); cantidad que se justifica por las excentricidades que caracterizan el día a día de muchos canes.
Actualmente, la vida de un perro en una ciudad como Tokio parece regirse por la frase "antes muerto que sencillo".
Muchos de sus dueños, preocupados porque su mascota brille con luz propia en cualquier paseo callejero, tienen pocos miramientos a la hora de comprar cualquier producto que se ponga de moda y este año la última tendencia son los disfraces.
Según dijo a Efe Maki Kuramochi, encargada de la tienda tokiota de animales Pet Paradise, "este año se llevan los colores suaves y los vestidos que hacen que tu perro parezca otra cosa. El más popular es el traje de Piolín (Tweety, el famoso canario de dibujos animados de la factoría Warner) y los que representan a personajes de Disney".
La oferta es mucho mayor: cualquiera puede transformar a su perro en el Hombre Araña o la Abeja Maya, disfrazarlo de cerdito, de oso panda o de chinita.
Por no hablar del completo surtido de ropa disponible, que va desde unos sencillos jeans hasta un kimono, un esmoquin o un vestido de novia (por unos 300 dólares), pasando por camisetas, sweaters, gorras y abrigos de lo más variado.
Dueños y perros van de compras juntos a centros comerciales donde estos animales están permitidos, en busca de alguna novedad.Yurika Kaneko, una niña de ocho años cliente asidua de estos establecimientos, afirma que ella misma elige la ropa para su mascota y que "me gusta vestir en conjunto con mi perro"; algo por otro lado bastante corriente entre los consumidores de producto canino.
Además de en tiendas especializadas, hay muchos otros lugares donde un perro se siente como en casa, o incluso mejor. "No hay servicio que se preste al ser humano que no pueda ser adaptado para las mascotas", asegura Nobuaki Komori, presidente de la aseguradora japonesa de animales domésticos Anicom International.Así, además de estilismo canino en centros de belleza -donde esta temporada se impone el "look" osito de peluche-, un perro puede recibir masajes anti-estrés, sesiones de acupuntura y aromaterapia, sumergirse en baños calientes, asistir a clases de yoga o tomar algo en una cafetería, en vez de esperar en la calle a que su dueño termine el café, que sería lo habitual en otros países.
No faltan los hoteles para mascotas, donde una suite ronda los 160 dólares la noche y hasta hay complejos vacacionales para perros, en los que el animal se reencuentra con la naturaleza y es tratado con mimo por los empleados.
Celebrar el cumpleaños de la mascota tampoco es problema. Las pastelerías para perros preparan tortas apropiadas para la ocasión y la gama de regalos, presentados en un precioso paquetito, abarca un collar con cristales de Swarovski o un traductor para perros, que interpreta los ladridos y los reproduce en un idioma inteligible, por citar algunos ejemplos.
A la hora de organizar la "fiesta", los dueños pueden intercambiar tarjetas con los invitados, al uso de las que utilizan los hombres de negocios, en las que se incluyen las señas del animal y su foto.
En cuanto al menú, hay mucho donde elegir: golosinas caninas, alimentos dietéticos, productos gourmet, especiales para animales con alergias, los denominados 100% natural o despreocuparse de todo y contratar un servicio de catering.
Los más extravagantes pueden incluso obsequiar a los invitados con productos que llevan la foto de su mascota como bolsos, carteras, vasos, llaveros, camisetas, cojines, relojes de pared o incluso paraguas.
Por supuesto, cuando el animal entra en su "tercera edad" surgen otras prioridades. Existen centros de rehabilitación con piscinas para tratar lesiones, así como un amplio surtido de medicamentos que pueden ayudar al can a sobrellevar una artritis.
Incluso, llegado el momento, la familia puede darle el último adiós a su fiel amigo en un cementerio o, si lo prefieren, incinerarlo y esparcir sus cenizas. Algunos japoneses visitan la tumba de su mascota periódicamente y llevan ofrendas para su ser querido.
Pero en Japón no todos los perros llevan el mismo tren de vida y algunos tienen que trabajar; en parques temáticos, en empresas que los alquilan para que aquellos que carecen de perro los saquen a pasear, son "animadores" o bien ofrecen su cariño en geriátricos.
Numerosas empresas niponas han hincado el diente también al jugoso mercado canino y han puesto a la venta productos como el "WOW", un coche de Honda que permite al animal viajar seguro y al dueño interactuar con su mascota durante el viaje; o el famoso "AIBO" el perro robot de Sony; o las lentes de contacto de la óptica Menicom; o la Nintendog, una versión del popular Tamagotchi en la que el protagonista es un perrito al que hay que cuidar para que no se vaya de casa...
En fin, todo un surtido inabarcable de artículos y tendencias dispuesto para cautivar a los nipones y, por supuesto, vaciar sus surtidos bolsillos.
Por Yoko Kaneko y Fernando Mexía
EFE REPORTAJES
No es difícil cruzarse por la calle en Tokio con un perro con gafas de sol, equipado con una chaqueta o recién salido de la peluquería.
El amor de los japoneses a los perros no es nuevo, pero sí la locura por los canes que se ha desatado en los últimos años en los principales núcleos urbanos del país.
Hasta tal punto ha llegado la fiebre que estas mascotas han dejado de ser meros animales de compañía para convertirse en miembros de la familia y ocupar en muchos hogares el lugar del hijo que no tienen, según un informe de la Organización Japonesa de Comercio Exterior (JETRO, en inglés).
En gran parte de los casos, el perro cumple el rol del hijo único y recibe todas las atenciones de sus "padres": atenciones que se cuentan en millones de yenes.
Se calcula que en 2010 el gasto de los nipones en caprichos y cuidados para sus animales domésticos, especialmente perros, superará los dos billones de yenes (aproximadamente 16.500 millones de dólares); cantidad que se justifica por las excentricidades que caracterizan el día a día de muchos canes.
Actualmente, la vida de un perro en una ciudad como Tokio parece regirse por la frase "antes muerto que sencillo".
Muchos de sus dueños, preocupados porque su mascota brille con luz propia en cualquier paseo callejero, tienen pocos miramientos a la hora de comprar cualquier producto que se ponga de moda y este año la última tendencia son los disfraces.
Según dijo a Efe Maki Kuramochi, encargada de la tienda tokiota de animales Pet Paradise, "este año se llevan los colores suaves y los vestidos que hacen que tu perro parezca otra cosa. El más popular es el traje de Piolín (Tweety, el famoso canario de dibujos animados de la factoría Warner) y los que representan a personajes de Disney".
La oferta es mucho mayor: cualquiera puede transformar a su perro en el Hombre Araña o la Abeja Maya, disfrazarlo de cerdito, de oso panda o de chinita.
Por no hablar del completo surtido de ropa disponible, que va desde unos sencillos jeans hasta un kimono, un esmoquin o un vestido de novia (por unos 300 dólares), pasando por camisetas, sweaters, gorras y abrigos de lo más variado.
Dueños y perros van de compras juntos a centros comerciales donde estos animales están permitidos, en busca de alguna novedad.Yurika Kaneko, una niña de ocho años cliente asidua de estos establecimientos, afirma que ella misma elige la ropa para su mascota y que "me gusta vestir en conjunto con mi perro"; algo por otro lado bastante corriente entre los consumidores de producto canino.
Además de en tiendas especializadas, hay muchos otros lugares donde un perro se siente como en casa, o incluso mejor. "No hay servicio que se preste al ser humano que no pueda ser adaptado para las mascotas", asegura Nobuaki Komori, presidente de la aseguradora japonesa de animales domésticos Anicom International.Así, además de estilismo canino en centros de belleza -donde esta temporada se impone el "look" osito de peluche-, un perro puede recibir masajes anti-estrés, sesiones de acupuntura y aromaterapia, sumergirse en baños calientes, asistir a clases de yoga o tomar algo en una cafetería, en vez de esperar en la calle a que su dueño termine el café, que sería lo habitual en otros países.
No faltan los hoteles para mascotas, donde una suite ronda los 160 dólares la noche y hasta hay complejos vacacionales para perros, en los que el animal se reencuentra con la naturaleza y es tratado con mimo por los empleados.
Celebrar el cumpleaños de la mascota tampoco es problema. Las pastelerías para perros preparan tortas apropiadas para la ocasión y la gama de regalos, presentados en un precioso paquetito, abarca un collar con cristales de Swarovski o un traductor para perros, que interpreta los ladridos y los reproduce en un idioma inteligible, por citar algunos ejemplos.
A la hora de organizar la "fiesta", los dueños pueden intercambiar tarjetas con los invitados, al uso de las que utilizan los hombres de negocios, en las que se incluyen las señas del animal y su foto.
En cuanto al menú, hay mucho donde elegir: golosinas caninas, alimentos dietéticos, productos gourmet, especiales para animales con alergias, los denominados 100% natural o despreocuparse de todo y contratar un servicio de catering.
Los más extravagantes pueden incluso obsequiar a los invitados con productos que llevan la foto de su mascota como bolsos, carteras, vasos, llaveros, camisetas, cojines, relojes de pared o incluso paraguas.
Por supuesto, cuando el animal entra en su "tercera edad" surgen otras prioridades. Existen centros de rehabilitación con piscinas para tratar lesiones, así como un amplio surtido de medicamentos que pueden ayudar al can a sobrellevar una artritis.
Incluso, llegado el momento, la familia puede darle el último adiós a su fiel amigo en un cementerio o, si lo prefieren, incinerarlo y esparcir sus cenizas. Algunos japoneses visitan la tumba de su mascota periódicamente y llevan ofrendas para su ser querido.
Pero en Japón no todos los perros llevan el mismo tren de vida y algunos tienen que trabajar; en parques temáticos, en empresas que los alquilan para que aquellos que carecen de perro los saquen a pasear, son "animadores" o bien ofrecen su cariño en geriátricos.
Numerosas empresas niponas han hincado el diente también al jugoso mercado canino y han puesto a la venta productos como el "WOW", un coche de Honda que permite al animal viajar seguro y al dueño interactuar con su mascota durante el viaje; o el famoso "AIBO" el perro robot de Sony; o las lentes de contacto de la óptica Menicom; o la Nintendog, una versión del popular Tamagotchi en la que el protagonista es un perrito al que hay que cuidar para que no se vaya de casa...
En fin, todo un surtido inabarcable de artículos y tendencias dispuesto para cautivar a los nipones y, por supuesto, vaciar sus surtidos bolsillos.
Por Yoko Kaneko y Fernando Mexía
EFE REPORTAJES
3 comentarios:
Bien por los perros en Japon, pero sus vecinos coreanos son otra historia....
NO AL ABUSO EN COREA DEL SUR:
http://www.youtube.com/watch?v=ZGnr6l2NO3Q
POR FAVOR VEAN EL VIDEO Y SI LES NACE FIRMEN ESTA PETICION:
http://www.uniteddogs.com/stopkillingdogs/
Y NO COMPREN NADA DE COREA QUE SUS EMPRESAS APOYAN ESTE GENOCIDIO DE MAS DE 5MIL PERROS AL DIA, MASACRADOS, TORTURADOS, QUEMADOS VIVOS, AHORCADOS...NO A COREA DEL SUR!.
Qué maravilloso es ser perro en Japón. Y que sueño hecho realidad vivir en Japón. <3
que preciosidad de animales
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